sábado, 12 de diciembre de 2009

Gafas 3D, una nueva batalla tecnológica

http://www.elpais.com/articulo/tecnologia/Gafas/3D/nueva/batalla/tecnologia/elpeputec/20091228elpeputec_2/Tes

Últimamente las películas en tres dimensiones están teniendo un gran auge en los cines de todo el mundo. Esto se ha visto incrementado con el estreno de la película Avatar de James Cameron. Pero su aumento puede ser mucho mayor si se acaba aplicando al campo de la televisión y los videojuegos.
Por ello, las diferentes empresas dedicadas al mundo del cine, entre ellas RealD, Dolby Laboratories, XpanD y MasterImage, tratan de imponer su tecnología en gafas de 3D, ya que saben que quien controle este campo controlará el mercado cinematográfico del futuro. Por ello, la tecnología desarrollada para las gafas depende del sistema de proyector que se use en la sala; de esta forma se aseguran de que el resto de competidores no utilizará sus gafas en salas instaladas por la empresa. A la vez, se aseguran la implantación de una serie de aparatos de proyección propios, lo cual supone un gran desembolso inicial pero unas grandes cantidades de dinero para aquella empresa que consiga imponer su sistema.
Otro problema que presenta la comercialización en cines de las gafas de 3D es que como estas no pueden ser desechables para que la calidad sea mejor, es necesario desarrollar una forma de garantizar la higiene a la hora de usarlo. Además hay que incorporarle un sistema anti robo para evitar que las personas salgan del cine con las gafas.
Estas batallas tecnológicas han tenido lugar en la industria audiovisual muy a menudo, desde el invento de la imprenta (que no es más que la imposición de Gutemberg de la tecnología que él mismo desarrolló), hasta el invento de la televisión, pasando por la fotografía, la radio, el cine, etcétera. Por ello, es posible prever que seguramente se acabe imponiendo la tecnología más sencilla y más barata, como ha ocurrido hasta ahora en la mayoría de los casos, aunque esto es sólo una característica más de todas las que debe cumplir. Por ello, las empresas tratan de buscar una solución y crear una tecnología que reúna las características de solucionar los problemas previstos anteriormente, de la forma más barata y sencilla posible y manteniendo una alta calidad de la imagen. Unis todo es lo que dificulta la imposición de una de las tecnologías ya inventadas, pues ya existían anteriormente (aproximadamente desde los años cincuenta) las gafas desechables, que reunían casi todas las características necesarias, a excepción de la alta calidad de la imagen.
La imposición de una de las muchas tecnologías desarrolladas beneficiará claramente a la empresa dueña del invento que podrá obtener grandes cantidades de dinero por su sistema de proyección y de recepción. En la otra cara se encuentra el resto de las empresas que sufrirán grandísimas pérdidas y tendrán que retirarse del mercado o incluso desaparecer. A la vez, esto afectará a las salas de cine pues aquellas que no hayan optado por la tecnología que se acabe imponiendo tendrán que volver a instalar todo el sistema y, por tanto, invertir grandes sumas de dinero, mientras que las que hayan instalado la tecnología que se acabe imponiendo podrán disfrutar de una clara ventaja competitiva. Por el momento, esta batalla está bastante igualada si observamos el número de salas que utiliza cada uno de los sistemas; así podemos observar que el sistema de RealD está instalado en aproximadamente 5000 salas, el de XpanD en unas 2000 y el de Dolby en unas 2200. Pese a que estos datos pueden darnos una cierta idea sobre como se desarrolla la batalla, no nos permiten saber afirmar que se acabe imponiendo el sistema de RealD, por ello será necesario esperar un tiempo para ver si nuestras expectativas se cumplen o no.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Cineastas (aún más) contra la Orden

http://www.elpais.com/articulo/cultura/Cineastas/Orden/elpepucul/20091128elpepicul_2/Tes

El colectivo Cineastas contra la Orden se opone cada vez más a la nueva Orden Ministerial que regula las ayudas del cine y que fue publicada en el BOE el 24 de octubre. Este colectivo es uno de los principales responsables de que esta orden haya sido de momento suspendida por la Comisión Europea.
Esta suspensión de la Orden ha traído consigo la paralización de las ayudas y subvenciones que se recogían en ella, lo cual, según el representante del colectivo, no afectará a las grandes producciones que se tienen previstas realizar en los próximos meses, ya que su subvención procede de lo recaudado en la taquilla y se cobra dos años después. Sin embargo, esta paralización afectará directamente a las nuevas producciones que no cuenten con personas de renombre ya que necesitan de una ayuda previa a la realización de la película.
La principal oposición a esta ley se debe a que presenta algunas posibles contradicciones con la Ley del Cine, según afirman dos bufetes de abogados que han estudiado el caso. Además, el colectivo Cineastas contra la Orden se opone a ésta porque defiende que lo que hace es poner trabas a las nuevas producciones ya que proporciona subvenciones sobretodo a las grandes producciones, acabando así con la diversidad cinematográfica.
Así, toda esta polémica ha traído consigo una paralización y un retraso en el rodaje y la producción de muchas películas de nuestro cine, lo cual ocasionará grandes pérdidas, pues los costes del sector cinematográficos están directamente relacionados con el tiempo. De esta forma, un pequeño retraso en la realización traerá unas cuantiosas pérdidas que afectarán sobretodo a las nuevas producciones que dependen de estas ayudas y subvenciones.
Por ello, hay que tener en cuenta que se está produciendo una gran contradicción dentro de esta polémica. Esta consiste en que por un lado el colectivo Cineastas contra la Orden se opone a ella porque aumenta las diferencias entre las grandes producciones y las nuevas, acabando así con la diversidad. Pero por otro lado la paralización de esta reforma perjudica a estas nuevas producciones que necesitan de sus subvenciones para seguir con sus rodajes.
De esta forma, queda demostrado que se haga lo que se haga se perjudica a las pequeñas producciones por ello hay que intentar buscar la manera para que estas se vean afectadas lo mínimo posible. Por ello, en mi opinión lo mejor para ellas no es paralizar sus rodajes, y por eso la Orden debería seguir adelante aunque esta tampoco las beneficie. Sin embargo, esta opción les hará perder un poco menos de dinero.
También hay que tener en cuenta que se trata de un asunto de ayudas y subvenciones bastante peculiar ya que estos normalmente se crean para beneficiar a los más desfavorecidos. Sin embargo, en este caso, no es así pues al proporcionar también subvenciones y ayudas a las grandes producciones estas podrán crear mejores contenidos, o podrán invertir más dinero en publicidad, lo que hará que sean una competencia aún más difícil para las pequeñas producciones que no cuentan con todos sus recursos. Por ello, estas subvenciones deberían ir destinadas principalmente a las producciones con menos presupuestos para darles una oportunidad de ser una competencia fuerte para las grandes producciones.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que desde el punto de vista del cine español en su conjunto lo que más beneficios le proporcionará serán las grandes obras, gracias a las cuales se pueden obtener mayores ingresos. Y no hay que olvidar que para que esto sea posible, es necesario disponer e invertir grandes cantidades de dinero tanto para mejorar su calidad como para aumentar su publicidad.
Después de analizarlo desde los diferente puntos de vista, la polémica está servida y es necesario elegir entre la diversidad cinematográfica (que beneficia a las pequeñas producciones) y entre la mejora de la calidad de las grandes películas que traerán consigo mayores beneficios para el cine español.

sábado, 21 de noviembre de 2009